Aceite de oliva, resultado final


Sin embargo, algunos investigadores han descubierto que una dieta de alto contenido en hidratos de carbono y de bajo contenido graso puede agravar la trigliceridemia. Por consiguiente, se ha recomendado a los pacientes con diabetes mellitus no insulinodependiente el seguimiento de una dieta enriquecida con ácidos grasos mono insaturados de menor contenido en hidratos de carbono. Las dietas con un contenido elevado en ácidos grasos mono insaturados y con un bajo contenido en ácidos grasos saturados parecen mejorar los perfiles lipídicos y están asociadas a un control glucémico más óptimo que las dietas con un alto contenido en hidratos de carbono.

La dieta mediterránea típica, de alto contenido en hidratos de carbono complejos ricos en fibra y ácidos grasos mono insaturados y de bajo contenido en ácidos grasos saturados se configura, por tanto, como la dieta ideal para los diabéticos. El contenido absoluto en grasas de la dieta puede ser alterado a diario para ajustarse a las necesidades individuales, modificando la cantidad utilizada de aceite de oliva.

El aceite de oliva y la obesidad

No cabe la menor duda de que la obesidad aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, debido a sus efectos perjudiciales sobre los perfiles lipídicos y la presión arterial, así como a su relación con la diabetes mellitus no insulinodependiente.


Desde un punto de vista calorífico, se cree que los alimentos pesados o "densos" y aquellos de elevado contenido en grasas constituyen la principal causa de obesidad. Por consiguiente, la dieta mediterránea tradicional, basada en los cereales, las verduras y legumbres, todos ellos alimentos caracterizados por poseer una baja densidad energética, parece resultar idónea para la prevención de la obesidad, a pesar de su relativamente elevado contenido de aceite de oliva. Los estudios epidemiológicos muestran una menor prevalencia de sobrepeso y obesidad en los países mediterráneos.

El aceite de oliva y los factores de riesgo trombogénico

Existen indicios acerca de la influencia ejercida por los factores nutricionales sobre distintos factores de coagulación. Se ha demostrado que los ácidos grasos poli insaturados n-3 (omega-3) dietéticos ejercen efectos beneficiosos sobre la función plaquetaria, mientras que los efectos de los ácidos grasos poli insaturados n-6 (omega-6) sobre la trombosis siguen presentando contradicciones. Aunque todavía no se dispone de pruebas fehacientes sobre el efecto beneficioso de los ácidos grasos mono insaturados sobre el sistema de coagulación, la mayoría de los estudios realizados sobre la trombosis indican que una dieta al estilo mediterráneo, con las características mencionadas anteriormente, cumple los requisitos necesarios para la prevención de la trombosis.


El aceite de oliva y la cardiopatía coronaria.


Estudios epidemiológicos

En el Estudio de los Siete Países (Seven Countries Study), que podría calificarse como el principal estudio jamás emprendido para la investigación de la relación existente entre la dieta mediterránea y la cardiopatía coronaria, se halló una correlación directa entre el consumo de ácidos grasos mono insaturados y la supervivencia durante un período de 15 años. Prácticamente 13.000 hombres (de edades comprendidas entre 40 y 59 años) participaron en el estudio, y se observó que las tasas de mortalidad atribuibles a cardiopatías coronarias durante el período de seguimiento de 15 años eran inferiores en los países con una ingesta elevada de ácidos grasos mono insaturados y un bajo consumo de ácidos grasos saturados.


Países participantes en el Estudio de los Siete Países (Seven Countries Study)

  • Italia
  • Grecia
  • La antigua Yugoslavia
  • Los Países Bajos
  • Finlandia
  • E.U.A.
  • Japón

La evidencia obtenida en la isla griega de Creta, que presentó la tasa de mortalidad más baja por cardiopatía coronaria durante el estudio, puso claramente de manifiesto que las propiedades reductoras del nivel de colesterol del ácido oleico (en gran parte procedente del aceite de oliva) se combinan con otras propiedades beneficiosas de la dieta mediterránea para proporcionar un efecto cardioprotector sustancial.

Desafortunadamente, desde el inicio del Estudio de los Siete Países (Seven Countries Study) a principios de la década de los sesenta, los cambios constantes que se están materializando en los hábitos alimentarios a lo largo y ancho del Mediterráneo parecen haber reducido la salud cardiovascular en toda esta región.

Los datos existentes sobre los estudios alimentarios señalan un aumento pronunciado en el consumo de alimentos de origen animal (carne, leche y productos lácteos) y de grasas comestibles distintas al aceite de oliva. Estas modificaciones han venido acompañadas de aumentos en distintos factores de riesgo cardiovascular, incluyendo unos niveles más elevados de colesterol, un mayor número de casos de obesidad y una incidencia más reiterada de hipertensión. Estas tendencias deberán invertirse a través de la conservación y promoción de las dietas tradicionales dentro de la región mediterránea.

No obstante, a pesar del mayor consumo de productos de origen animal, los datos epidemiológicos recientes correspondientes al período 1992-1994 siguen mostrando los claros beneficios atribuibles a una dieta al estilo Mediterráneo, con unas tasas de mortalidad por cardiopatía coronaria sustancialmente inferiores en las regiones del Mediterráneo que en la Europa Oriental y en los Estados Unidos.


Estudios de intervención

La mayoría de estudios de intervención dietética se han orientado hacia una reducción de las grasas saturadas y un aumento de los hidratos de carbono y/o los ácidos grasos poli insaturados. Los hallazgos positivos que se extraen de estos estudios han confirmado con rotundidad la necesidad de reducir la cantidad de grasas saturadas en la dieta.

Hasta el momento no se ha llevado a cabo ningún estudio de intervención epidemiológica que haya investigado especialmente el efecto de los ácidos grasos mono insaturados en la prevención primaria de cardiopatía coronaria. Sin embargo, numerosos estudios dietéticos controlados han puesto de manifiesto que las dietas ricas en ácidos grasos mono insaturados reducen de forma efectiva el suero total y los niveles del colesterol asociado a las lipoproteínas de baja densidad (low density lipoproteins - LDL) que, a su vez, disminuyen la incidencia de insuficiencia cardíaca y de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Recomendaciones dietéticas

En la actualidad, muchas organizaciones sanitarias nacionales e internacionales difunden recomendaciones para la prevención dietética de la cardiopatía coronaria. Dichas recomendaciones se resumen a continuación:

  • Las grasas totales deberían reducirse al 30% del consumo energético
    · La ingesta de ácidos grasos saturados debería reducirse, situándose por debajo del 10 %
  • La ingesta de ácidos grasos poli insaturados no debería ser superior al 7-8 % del consumo energético
  • La ingesta de ácidos grasos mono insaturados debería proporcionar un aporte energético máximo del 15 %
  • El nivel de colesterol dietético debería ser inferior a 300 mg/día
  • Debería aumentarse el consumo de hidratos de carbono complejos y de fibra dietética.

La dieta mediterránea tradicional proporciona un ejemplo excelente de cómo aplicar estas pautas a la vida cotidiana. La dieta mediterránea contiene una gran abundancia de productos de origen vegetal (incluyendo el pan, los cereales, las frutas y verduras) y una cantidad de baja a moderada de productos de origen animal. Y lo que es más importante, el aceite de oliva es la principal fuente de grasa y proporciona un elevado contenido en ácidos grasos mono insaturados.

Ultimas investigaciones sobre los efectos del aceite de oliva virgen

El aceite de oliva virgen es un pilar esencial de la dieta mediterránea y un alimento clave por sus efectos saludables. Hasta el momento, están reconocidas las ventajas del aceite de oliva para reducir el colesterol, prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer ... Entre las últimas investigaciones hay que destacar un estudio sobre su contribución en la prevención y tratamiento del cáncer de mama, así como sus propiedades antiinflamatorias similares a las del fármaco ibuprofeno.

María Val, Sabormediterraneo.com. Información procedente del Congreso Internacional Sobre Aceite de Oliva y Salud (CIAS 2008)